
La propia Niña Mala lo reconocía, su sentimiento hacia su maltratador no era amor. ¿Era sumisión o una dependencia absoluta? ¿Qué os parece?
Cada día los medios de comunicación denuncian el maltrato principalmente contra las mujeres… ¿Es fácil confundir la dependencia, que llega a ser autodestructiva, con el amor? ¿Esta dependencia forma parte del amor? ¿Hay distintas formas de amar? ¿Se puede por amor llegar a sacrificar incluso la propia integridad? Demasiados interrogantes ante una realidad en plena palestra.
En nuestras páginas sí suceden cosas como las anteriores: Mitsuko y Salomón, Kuriko y Fukuda, la niña mala y Ricardito, Simón y Elena…
Distintas formas, distintas consecuencias, distintas formas de enfocar una vida.
Quizás como contrapartida otro amor; Yilal y la demostración de la importancia de los pequeños o grandes logros en la vida.