No ha sido un suicidio...

En Fjällbacka, un pequeño pueblo pesquero de la costa sueca donde sólo los turistas en verano parecen emitir ruido, y “sólo” robos y malos tratos alteran la paz, se ha cometido un asesinato.

Alexandra Wijkner es hallada por Eliert, el cuidador de su casa, en la bañera, congelada. Erika Falck, escritora de biografías cuyos padres han fallecido recientemente, también la ve en ese estado. Aparentemente se ha cortado la venas.

Birgit la madre de Alex sabe que su hija no ha podido hacer eso. Erika, amiga de la infancia, se ve avocada a hablar con las personas más cercanas a la vida de Alex para escribirle un panegírico. Un marido rico y aparentemente perfecto, una compañera de trabajo en una galería de arte, sus propios recuerdos… todo se mueve. ¿Por qué se rompió la relación entre ellas? ¿Por qué ponía esas barreras tan arduas ante las personas importantes de su vida? ¿Qué escondía Alex tras su perfección? ¿Cómo podía suicidarse embarazada?

La investigación policial es determinante. La durmieron con somníferos y después la mataron. ¿Quién?